El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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martes, 20 de septiembre de 2022

Quinta dimensión

 Domingo 18 de septiembre 2022

 

No hace mucho contaba que hay días en los que amanezco, especialmente, triste, (fue el lunes día 12. Lo he buscado), y lo achacaba a dos factores. Decía que uno, podrían ser problemas sin resolver, por preocupaciones o por mucho estrés acumulado a lo largo de un periodo de tiempo, y otra, que en esa doble vida que tenemos al dormir, sucede algo, en alguna proyección astral, que hace que al despertar mantengamos la emoción o el pensamiento que teníamos en nuestro sueño.

Existe un estudio que dice que cuando nos ocurre algo que podemos catalogar como malo se lo contamos a 8 personas, sin venir a cuento. Y cuando nos ocurre algo bueno se lo contamos, solamente, a 3 y, eso, si la conversación lo requiere.

Pues bien, yo soy como todos y, aunque hablo poco, (mi esposa dice que muy poco), tengo una ligera tendencia a contar más lo malo, que me ocurre, que lo bueno.

Pero, también, me ocurren cosas buenas. A veces siento, una sensación de plenitud, de serenidad y de amor, sin medida. Es una sensación que suele durar mucho más tiempo que la tristeza con la que amanezco algunos días. Lo cual es normal, porque en cuanto siento la tristeza me siento a meditar para erradicarla, lo antes posible, y con esta sensación, de plenitud, lo único que hago es disfrutarla. Casi ni me muevo, para que no desaparezca.

Con esta sensación de plenitud no despierto, como ocurre con la tristeza. Suele aparecer después de haber realizado una terapia, a veces, después de haber recibido una noticia o de haberla visto en la tele, que me haya tocado la fibra de la compasión y, más aun, si me siento identificado por pensar en como se podría sentir esa persona.

La noticia lo mismo puede ser, alegre o triste, porque alguien haya ganado un premio o porque haya perdido a un ser querido. Cualquier noticia puede hacer que sienta la misma emoción que la persona protagonista del suceso.

Hay que tener en cuenta que soy un babau y me emociono hasta con los dibujos animados.

Pues, cuando me pasa esto, doy gracias al cielo y pido que se alargue en el tiempo. Puede durar entre media hora y unas tres horas. No soy consciente de que haya durado más. Si me ocurre a media mañana a la hora del almuerzo ya ha desparecido y, si pasa en horas de la tarde a la hora de cenar ya no la siento.

Bien es cierto que, aunque desaparezca el “clímax”, el estado emocional subsiguiente es de una serenidad total.

Achaco el advenimiento de esa sensación al aumento de vibración en mi campo energético, bien sea porque la meditación en la sanación haya sido muy intensa o por la expansión de mi chakra cardiaco debido a la compasión o el amor aparecidos al identificarme con el personaje de la noticia.

Creo que hoy tengo una respuesta convincente, (al menos para mí). En esos momentos estoy vibrando en la quinta dimensión.

Los seres humanos vivimos en la tercera dimensión. Sin embargo, todos los que tenemos conciencia de lo que somos, (energía, un alma, hijos de Dios), en ocasiones, con más frecuencia de la que nos podemos imaginar, ingresamos en la cuarta dimensión, con lo cual es mucho más fácil traspasar, de vez en cuando, el umbral de la quinta e incluso más allá.

Algunas de las señales de que se está en la quinta dimensión son esos momentos de inmensa alegría, de serenidad y paz interior, sin saber de dónde vienen.

Una vez ahí es cuestión de intentar mantenerse. Supongo que volvemos atrás por nuestra propia programación, por nuestros recuerdos, en definitiva, por nuestra mente.

Sé que tengo que confiar más en mi saber interior. Ese que todos tenemos y que se manifiesta como una vocecita que a todos nos habla, pero la ilusión de creer que somos el cuerpo nos impide movernos con plena libertad.

Sayri, no te digo a ti, porque eres una extensión de mi propio pensamiento, pero si alguien se asomara a esta ventana le recomendaría que intentara conseguir ese estado.

Una vez conseguido solo querrá mantenerlo, que es lo que yo deseo con cada uno de los átomos de mi cuerpo.

Alegrarse con la felicidad de otros y/o sentir compasión por sus desgracias es una buena manera para cambiar la vibración. Es casi tan efectiva como la propia meditación. 

lunes, 16 de noviembre de 2015

¿Cambiamos la vibración de la Tierra?


Que muchas personas opinen lo mismo sobre un mismo concepto
 no quiere decir que sea cierto,
sólo quiere decir que hay más personas equivocadas.
Hari Krishan Singh

Cada pensamiento es una forma de energía, cuando se tiene un pensamiento de manera reiterada, esa forma de energía crece. Si además ese pensamiento es coincidente en mucha gente, la forma de energía correspondiente a ese pensamiento se hace enorme, y además de pertenecer a cada persona se extiende por el exterior como si de una nube se tratara, afectando a extensas zonas por todo el planeta. Cuando una persona pasa a través de una forma de pensamiento de este tipo se “despierta”, por expresarlo de una manera gráfica, su forma de pensamiento individual y se expresa dicho pensamiento.

Estas formas de pensamiento que están en el ambiente corresponden prácticamente todas a pensamientos negativos, de miedo, de dolor, de carencias, etc. Con lo cual los pensamientos habituales de las gentes son ese tipo de pensamientos negativos, haciendo que esas formas de pensamiento crezcan en ellos y en el entorno.

En el ambiente no se encuentran las formas de pensamientos positivos ni de pensamientos elevados porque no son habituales en las personas. Para que se encontraran en el ambiente, muchas personas durante mucho tiempo tendrían que tener esos pensamientos, en un principio de manera consciente, para que llegara el día en que se descargaran en las personas, y les afectara, como ahora lo hacen los pensamientos negativos.

Estos pensamientos que están en el ambiente son una especie de pensamientos globalizados, no de ahora, han ido creciendo con el tiempo, y se encuentran dominando los pensamientos de las gentes en determinados conceptos: el terror a la muerte, las ansias de poder, la ambición por el dinero, la relación de pareja, la preponderancia del hombre sobre la mujer, la obsesión por el sexo, la lucha de clases, el enfrentamiento de religiones, el desprecio a las minorías, etc., etc., y se encuentran en todas partes, en zonas más o menos extensas del planeta.

Por supuesto que el que muchas personas opinen lo mismo sobre un mismo concepto no quiere decir que sea cierto, sólo quiere decir que hay más personas equivocadas.



Si los seres humanos consiguiéramos invertir la tendencia de esos pensamientos globalizados se invertiría nuestra vida, pasaríamos de ser infelices a vivir la felicidad, cambiaríamos la tristeza por la alegría y la ansiedad por la paz interior. Solamente tienen que cambiar los pensamientos un determinado número de personas para que vayan desapareciendo esas formas de pensamientos globalizadas y se vayan sustituyendo por otras.

No es una tarea fácil. Porque para que una persona pueda cambiar un pensamiento, que tiene una autopista marcada desde el cuerpo mental hasta el cerebro, por un pensamiento que ni tan siquiera tiene un sendero, se necesita actuar en diferentes frentes:

-          Se necesita “Atención permanente”, para que en cuanto se sea consciente de la aparición del pensamiento objeto del trabajo se sustituya por un pensamiento positivo y contrario.

-          Es necesario que ese pensamiento positivo y contrario se mantenga en la conciencia el mayor tiempo posible, para lo cual habría que repetirlo en el interior como si de una letanía se tratara, cuanto más tiempo mejor.

-          Actuar siempre en sentido contrario a lo que indica el pensamiento conocido.

Pues para que cambie la forma de pensamiento global, han de hacer lo mismo cientos, miles, millones de personas.

No, no es fácil, pero algún día se tendrá que cambiar la tendencia. Si queremos que la vibración de la Tierra cambie a mejor, si esperamos la elevación global de la Tierra, ha de mejorar su vibración de manera global. Forzosamente han de cambiar esas formas de pensamiento globales. ¿Por qué no ahora?, ¿Por qué no comenzamos nosotros?

Te propongo un plan: Colocaré pensamientos en Facebook, por ejemplo uno por mes. Y cada uno meditar diez minutos diarios repitiéndolo de manera consciente como un mantra, y después a lo largo del día repetirlo como si de un mantra o una letanía se tratara cuanto más tiempo mejor. Compartir esa entrada con todos los amigos, en todos los grupos a los que pertenecéis, ya que cuantas más personas vayan repitiendo nuestro pensamiento mensual mejor. Para recordarlo se compartiría cada día.

Para saber si merece la pena, dar “me gusta”, o comentar para mejorar la idea.

Para comenzar podíamos hacerlo con:


“YO SOY EL ALMA, YO SOY UN HIJO DE DIOS,

YO SOY UNO CON DIOS, YO SOY UNO CON EL TODO”



martes, 28 de febrero de 2012

El espíritu de Acuario

            De la misma manera que nosotros coexistimos en dos planos: Material y espiritual, hay otros seres que ya han abandonado el plano material, y se encuentran únicamente en el plano espiritual, sin cuerpo físico.

            Estos seres están tan vivos, no, tanto no, más vivos que nosotros, ya que ellos sí que están viviendo la auténtica realidad, la realidad del Amor, mientras que la nuestra está distorsionada por la propia mente, que nos arrastra, entre otras cosas, al deseo, al apego, al egoísmo, al miedo; muy lejos de “la fraternidad”, “el servicio desinteresado”, “la solidaridad” y “la unión”, que son las características del espíritu de la Era de Acuario, por la que estamos iniciando el transito, junto con nuestro planeta.
            Es muy curiosa la inconsistencia y la falsedad, muy posiblemente inconsciente, de muchos de nuestros contemporáneos, ya que conociendo de manera perfecta la teoría de que somos seres divinos, de que nuestro cuerpo físico es el vehículo de nuestra divinidad, siguen apegados total y absolutamente a la materia. La inconsistencia entre lo que hacen, lo que dicen y lo que piensan es total, potenciando un auto-engaño absoluto. Auto-engaño porque predican una cosa y hacen totalmente la contraria; leen libros de autoayuda repitiendo como loros frases de esos libros, sin llevar a la práctica la enseñanza real de esas frases; se quejan de la desigualdad, cuando ellos la potencian con su manera de vivir, en lugar de remediar ellos la desigualdad que está al alcance de su mano; y así, mil cosas más.
            Los seres que están al otro lado de la materia, ya intentan ayudarles, pero no pueden con tanta falsedad como les envuelve. La energía de sus emociones, de sus pensamientos, y de sus palabras, les impide vibrar en una sintonía un poco acorde con la de los seres que les están intentando ayudar.
            Hay algunas claves que se pueden seguir para cambiar la sintonía de la propia energía:
-          Ser sinceros y honestos: En la sinceridad y la honestidad se igualan loa pensamientos, las palabras y las acciones. Ya no hay inconsistencia, ya no hay falsedad.

-          Evitar el auto-engaño: Hay que permanecer alerta de manera permanente. La mente utiliza millones de estrategias para convencerte de que lo estás haciendo bien.

-          Discernir lo verdadero de lo falso: Casi todo lo que presenta la sociedad, es ilusión, es falso, es un sueño, porque sólo es un reflejo de las propias mentes que conforman esa sociedad, y en esas mentes solo hay cabida para la desigualdad, para el egoísmo, para la desunión. Políticos y religiosos se encargan de fomentar la desigualdad y la desunión, inculcando falsos valores sobre la patria o la religión. Los verdaderos valores son la unión, la hermandad, la solidaridad o el amor. Nuestra patria es el Universo, nuestro idioma es el Amor, nuestro Dios es el mismo para todos, y se encuentra tanto en la catedral, en la pagoda, en el castillo y en la choza, como en el corazón de todas las personas.

-          Abandonar la pereza: El crecimiento interior y el fortalecimiento del carácter, no lo va a dar nadie más que uno mismo con su propio trabajo interno. Ni libros, ni gurús, van a hacer que se avance ni un ápice en el propio crecimiento. Hay una cita que dice: “El maestro abre la puerta, pero es el alumno el que ha de traspasar el umbral”.

-           Aceptar la vida tal cual es: Aceptar los obstáculos, aceptar las crisis, aceptar los desafíos, porque son, gracias a ellos, como vamos a avanzar y a crecer, son ellos los que fomentan la conexión con nosotros mismos y con Dios. 

-          Selecciona a las personas con las que te relacionas: Hay mucho fariseo, hay mucho charlatán, que por mucho que se anuncien, están muy lejos de la Luz. Recuerda: ¡Por sus hechos los conoceréis!, mucho más que por sus palabras. Para evolucionar es bueno encontrar a personas que estén vibrando en un nivel alto de evolución, no que ellos digan que están vibrando en tal o cual sintonía. Obsérvalos, observa sus acciones, observa su amor, observa su caridad, observa su falta de juicios, observa su honestidad, observa su solidaridad. 

-          Practica la humildad: En nuestro nivel, ninguno de nosotros está exento de vanidad. Posiblemente sea una de las mayores batallas que todos tenemos que librar, en mayor o menor medida

-          No explotar a nadie, no manipular, no especular: Respeta a cada persona como te gustaría que te respetaran a ti. Respeta su proceso. Ni tan siquiera les ayudes, si no desean la ayuda. Ten en cuenta una máxima: Trata a todos como te gusta ser tratado.

jueves, 17 de marzo de 2011

Sentir y vibrar diferente

¿Qué crees que necesitas?
Si en este momento sientes necesidad de algo, aunque no sepas exactamente qué, revisa y mira a tu alrededor. Más aún, empieza por revisar tu vida y párate en el momento aquel en que empezaste a necesitar, a desear, a querer, a poseer. Es entonces, cuando te darás cuenta de que eres incompleto/a, ya que si fueras completo/a no tendrías necesidad de nada.
La vida y lo que tú crees que es tu propia vida no están sincronizadas.
Tu caminas hacia una dirección, pero el viento te mece, te para, te empuja y todo lo que es se resiste a ti.
Quizás, en algún momento, aunque haya sido sólo un instante, has podido sentir y vibrar diferente, y tú mismo/a te has maravillado, te has reconocido en un tiempo y un espacio diferente. Feliz, en paz. Y entonces has creído que era un sueño, que era irreal, que es imposible sentir y vivir en este estado de plenitud. Y sientes que quieres, aún a pesar tuyo, quieres vivirlo, aferrarte y no moverte de ahí.
Aunque no sabes bien de que se trata, dónde estás y que te está pasando, en tu interior sabes que sí, sabes que ese es tu estado natural, porque te sientes cómodo/a, te sientes pleno/a. Es algo que “puedes pensar” como desconocido pero que sientes que es tu lugar.
Entonces, tanto si eso ha durado un minuto, como una hora, un día o una semana completa, ¡Piensas! Sí, empiezas a pensarlo y lo pones en duda. Te juzgas a ti mismo/a bajo el poder de tus pensamientos y desde los ojos de los demás. No crees que puedas permanecer mucho más  tiempo ahí, porque te parece que sino “estás fuera del mundo”.
Y te dices a ti mismo/a, erróneamente, “despierta” “toca de pies en el suelo”, “vuelve a la realidad”.
Pero no te das cuenta que aquello que tu llamas realidad, en verdad, es solamente el mundo exterior, el mundo de los convencionalismos, de los juicios, del vivir en función de lo que pensarán los demás, según lo que “está bien” y lo “que está mal”.
Y en un instante, la Luz, la paz, la certeza, la calma, se desvanecen y vuelves a sufrir. Incluso más que antes porque ahora ya sabes, ahora ya conoces un poco más de ti y sientes que no puedes compartirlo con demasiadas personas o casi ninguna de las que te rodean. Claro, te preocupa que puedan pensar de ti. Entonces empieza el esfuerzo para olvidar quien eres, para volver al “mundo real”, el único que crees conocer y adaptarte a él nuevamente.
El desconcierto entre lo que eres y lo que haces, entre dónde te has sentido en casa  y dónde te dice tu mente que deberías estar – el escenario de la vida donde has decidido interpretar un papel- es una constante que ya sabes que se irá repitiendo cíclicamente y que no podrás, y a lo mejor, ni querrás evitar.
El alma, prisionera  de ti mismo/a no dejará nunca de hacerse presente y en ella sentirás como Dios, amoroso, te extiende su mano para que vuelvas a Casa, a la verdadera realidad.
Asimismo tu pensamiento incesante tampoco dejará de decirte lo “loco/a” que estás por el hecho de permitirte sentir. Y te conducirá, momento a momento, al mundo del cuerpo, de los deseos, de los anhelos, del sufrimiento.
Más en esta lucha serás tan libre, que nadie, y cuando digo nadie me refiero a los  ángeles, tus Guías o  Dios te obligará a seguir la vida de tu corazón y situarte en el Camino, tu Camino. Solamente tú podrás decidirlo.
Sólo tú puedes decidir SER y desplegar tus alas para SER, para vivir en unidad completa, sin esfuerzo, en el mundo del espíritu, en el mundo del alma aquí en la tierra, en una conjunción perfecta que te envuelve y, además, feliz como nunca te habrías atrevido a soñar.
Por eso, cuando vuelvas al mundo supuestamente real no olvides nunca quién eres en realidad. Sé firme como una roca en lo que sientes y ninguna tempestad que te llegue en forma de palabras, de reproches, de juicios, ni de opiniones de los demás, podrá doblegar nunca, ninguna de las ramas de ese árbol de la vida que tu eres, porque estarás tan enraizado/a a la tierra y a la vida, que tu voluntad sólo será una. La Voluntad de Dios que ha obrado en ti maravillas.
Entrada publicada por Elisenda.