El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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sábado, 3 de septiembre de 2011

El chakra del alma y los Maestros

            Antes de hablar del chakra del alma, vamos a refrescar, de una manera muy superficial, lo que sabemos de los chakras.

En nuestro cuerpo energético hay cientos de chakras. Si, ya sé que es posible que hayas leído, o te hayan enseñado que hay siete chakras, y desde esa creencia pienses que estoy loco. Aparca por un momento esa creencia, y lee, sin juzgar, sólo lee.
            Esos siete chakras que conoces, junto con alguno más que no te han enseñado, son los chakras mayores, o más importantes; pero los otros, los chakras menores, no dejan de ser importantes, aunque no lo sean tanto. Me explico: Los chakras mayores controlan, no solamente aspectos del cuerpo físico, sino también aspectos emocionales, aspectos de carácter, aspectos espirituales, etc., etc. Mientras que los chakras menores, menos importantes, afectan en la mayoría de los casos, solamente a un aspecto, o a varios, pero mucho más sutilmente que los chakras mayores.
Un ejemplo de chakra mayor puede ser el chakra base, que controla físicamente: los músculos, los huesos y la producción de sangre; emocionalmente está relacionado con la supervivencia y sus reacciones: como la lucha o la huida, los instintos, la necesidad de paz y de equilibrio a escala planetaria. Ignorar este chakra o sus elementos sería una amenaza a la propia supervivencia, bien a nivel individual o colectivamente como especie. Y un ejemplo de chakra menor, podría ser el chakra de la axila, que afecta físicamente al movimiento del brazo y poco más.

Llegados a este punto, ya podemos hablar un poco del chakra del alma: En el séptimo mes de embarazo, el alma encarnada entra en el feto, y su localización está en el duodécimo chakra. Este chakra se encuentra a unos treinta centímetros por encima de la cabeza.
            Este chakra parece una estrella dorada. Se le llama, en algunas tradiciones, “Estrella del alma”, y cuando una persona madura espiritualmente, la estrella dorada evoluciona a una perla dorada, a una bola dorada, a un brote dorado o a una llama dorada. En la terminología cristiana, esto es lo que se llama el “Fuego de Pentecostés”.
            Pero hasta que la persona no madura espiritualmente, este chakra está completamente cerrado, y empieza a abrirse cuando la persona empieza a construir su carácter, es decir, cuando empieza su madurez espiritual.
            El camino para madurar espiritualmente, es de sobra conocido: Meditación,  oración, silencio interior, cambiar los vicios por virtudes, abrirse al Amor Divino, llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza, son algunas de las herramientas que permiten que la persona construya su carácter, y que el chakra del alma inicie su apertura.
Como una vez iniciado seriamente el camino, es muy difícil volver atrás, la persona va a seguir evolucionando, entonces, el brote dorado literalmente florece y se abre hacia arriba como una pequeña flor de loto dorada.
            Desde el duodécimo chakra, el alma encarnada, irradia hacia fuera una luz que distingue a esa persona del resto de los mortales. Esa luz llama la atención de los Maestros, y uno de ellos elige a la persona para trabajar con ella. De aquí la frase:”Cuando el alumno está preparado, aparece el Maestro”. No somos nosotros los que elegimos un Maestro como guía para trabajar, es el Maestro quien elige, en función del tipo de luz que irradia la persona. Pero para irradiar esa luz, ha de haberse recorrido un buen trecho del camino espiritual.
            Cuando un Maestro elige a una persona, la hace saber, de manera clara y contundente tal circunstancia, haciéndola saber quién es y que espera de ella.
            Es posible que muchos/as de los/as que estáis leyendo esto, tengáis una hermosa flor de loto dorada encima de vuestra cabeza, y que ya seáis guiados/as y bendecidos/as por un Maestro. ¡Enhorabuena!, ¡benditos/as seáis!, vosotros ya sabéis de que hablo.
            A los que todavía no habéis llegado, seguir perseverando, merece la pena. Vivir en el Amor permanentemente, es algo tan grandioso, que se escapa de la racionalidad.
            A los que estáis leyendo esto pensando que es una tontería, ¡os bendigo!, porque algo hay en vuestro camino, que os ha hecho tropezar con esta piedra. 
 

jueves, 19 de mayo de 2011

Miedo a lo desconocido

                Lo desconocido asusta, da miedo, estremece. Al noventa y nueve por ciento de nosotros, nos han inculcado, o nosotros mismos hemos asumido, unos conocimientos, unas creencias, unos valores, que son nuestra brújula en la vida, que son nuestra guía, y es con ellos con los que vivimos, con los que nos relacionamos. Son el patrón con el que cortamos los retales de nuestra existencia.

            Cualquier nueva idea, nuevos pensamientos, nuevos conocimientos, otras maneras de actuar ante la vida, el desapego de lo material, cualquier cosa que se desvíe aunque sólo sea un milímetro de la senda aprendida, aterra a un porcentaje enorme de personas. Y ¿qué hacer ante esas personas? Nada, no se puede hacer nada, porque ¡Sólo es falta de amor!

El miedo es lo opuesto al amor. El amor inunda completamente el ser de la persona, no dejando espacio para nada más, ni para el orgullo, ni para la tristeza, ni para la rabia, ni para el egoísmo, ni para el ridículo, ni, por supuesto, para el miedo.

Cuando alguien se asusta ante lo desconocido, es que no existe la energía del amor llenándolo todo, y entonces aparece el miedo, miedo a perder su estatus, miedo a perder su poder, miedo al ridículo. Es seguro que en ese espacio que debía ocupar el amor, se encuentran esas otras emociones negativas, es seguro que la felicidad no es lo que define a esas personas. Y ante eso, querríamos hacer algo, querríamos ayudar a esas personas, ayudar a comprender, ayudar a despertar. Pero no podemos. Cada persona despierta cuando suena el despertador de su vida. Mientras tanto tenemos que respetar, e incluso velar su sueño.

            ¿Seguro que no podemos hacer nada? No, sólo hay que seguir el ejemplo de nuestra Madre Naturaleza, seguir ahí. ¿A cuántos no les agrada el tiempo que hace, o el color del paisaje, o el aroma de la flor o el discurrir de las aguas del rio?, y que hace la Naturaleza, nada, seguir estando. Sigue regalando el aroma de las flores, para que lo disfruten los que gozan con él, sigue su camino el río, para que se abstraigan en su corriente los que disfrutan con su discurrir, sigue luciendo el sol, y escondiéndose para que disfrutemos de la luz del relámpago. La Naturaleza no se siente ofendida nunca, Ella deja hacer, Ella sigue su ritmo, y el que quiera ver, que mire; y si alguien no quiere mirar, a la Naturaleza le da igual, Ella sigue ahí.

            Nosotros también tenemos que seguir nuestro ritmo ante aquellos que temen a todo lo que no sea su propia comodidad, su propio pensamiento, hemos de seguir ahí, sintiéndoles, amándoles, bendiciéndoles. Y cuando despierten de su sueño, que nos encuentren con los brazos abiertos, con una sonrisa, sin recriminar, sin juzgar, sin una sola crítica, ofreciendo nuestro brazo para que caminen más seguros.

            No existe nada desconocido. Cuando una persona abre sus ojos, se da cuenta de que todo es conocido, de que todo estaba planificado, de que todo es un aprendizaje, de que pasamos por la materia justo hasta el momento de abrir nuestros ojos, justo hasta el momento de despertar. Y es en ese despertar cuando somos conscientes de que somos ángeles, de que somos divinos, y de que nada hemos de temer, porque nada puede hacernos daño.

            Ama y no temerás nada.

jueves, 6 de enero de 2011

Yo Soy el Alma (2)

Terminábamos la entrada de “Yo Soy el Alma” diciendo que “Para vivir desde tu alma y hacer que florezca y se convierta en una llama dorada, has de llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza y mediante la práctica regular de la meditación, de la oración y del silencio”.
¿Lo desarrollamos un poco?, ¿qué es una vida de virtud?: La palabra virtud, del latín “virtus”, igual que su equivalente griego, “areté”, significa "cualidad excelente", "disposición habitual a obrar bien en sentido moral".
Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría, felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para un@ mism@ y para los demás.
Desde siempre nos han enseñado que las virtudes son: Teologales y morales. Las virtudes teologales son tres:
-          Fe: Creer lo que no vemos. Por ejemplo el alma, por ejemplo Dios.
-          Esperanza: Confiar en que vamos a alcanzar la Iluminación y vamos a disponer de los medios necesarios.
-       Caridad: Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos, y a los otros, como a nosotros mismos.
Las virtudes morales son cuatro:
-          Prudencia: Saber cuál es el verdadero bien, y elegir los medios justos para realizarlo.
-       Justicia: Consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde.
-          Fortaleza: Asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien.
-          Templanza: Modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para dejar de fumar, voluntad para no comer carne, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud, que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.
¿Qué es una vida de servicio? Los valores más importantes de la esencia humana son el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores.
El servicio es el ejercicio de la caridad. Una actitud de servicio es reconocer en cada ser humano una persona valiosa, una persona de quien se puede aprender y a quien se puede ayudar, una actitud de servicio es mostrar interés por lo que le sucede a la otra persona, es la capacidad de entender que sienten las personas, es incluir en nuestra vida el hábito de ayudar antes de ser ayudados, al hábito de comprender antes de ser comprendidos, el arte de amar antes de ser amados.
Cuando desarrollas una actitud de servicio a los demás, estas intercambiando servicio por poder. El poder que se recibe es una influencia sobre las personas a las que has ayudado, que hace que te conviertas para ellas en un líder, quieren estar contigo, te vuelves importante para ellas, eres como un imán para esas personas, te necesitan, te consultan, te respetan.
La actitud de servicio va siempre unida a una actitud positiva, es por eso que las personas con actitud de servicio a los demás, son personas alegres, optimistas, que esperan siempre lo mejor de la vida
Las personas con actitud de servicio son responsables de sus propias vidas, tienen el control de sus vidas a pesar de las circunstancias. No viven echándole la culpa a los demás de lo que les sucede.
Se puede reaccionar en forma positiva o negativa; las personas responsables de su propia vida eligen reaccionar en forma constructiva, no se dejan influenciar negativamente del ambiente. Son aquellas personas que deciden hacer lo que hay que hacer, a pesar de las circunstancias, y punto.
El servicio a los demás también es un signo de madurez. Las personas con actitud de servicio comprenden todos los beneficios que obtienen al comportarse de esta manera con las demás personas y descubren que es una filosofía de vida, un estilo de vida, el cual es un privilegio alcanzar. Servir a los demás solo se le es dado a los seres grandes.
De todo lo anterior podemos concluir que la actitud de servicio es una marca indeleble de la gente superior, del líder, de la gente iluminada, de las personas con personalidad magnética, del padre y la madre amorosos, del maestro comprometido con su profesión, del estudiante responsable, del empresario triunfador, del empleado  eficaz, es decir todo lo que cualquier persona puede desear: ¡una bendición divina! ¡un privilegio! Reservado solo para los seres superiores.
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el coche fue conducido hasta el estacionamiento.
¡Oye tú!, cógeme las maletas, gritó el británico a Gandhi. Gandhi miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate, ¡eh tú, hindú!, repitió el inglés con fuerza, ¡He dicho que me cojas las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras, porque en esa época los hindúes  eran considerados menos que los demás.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
¡Mira tú, indio!, ¿Cuánto te debo?, dijo el magnate. Señor, usted no me debe nada, contestó Gandhi cortésmente.
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?,  insistió el hombre. Señor, repitió Gandhi, yo no voy a cobrarle nada.
¿Tú trabajas aquí?, ¿no? No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas? Porque usted me pidió que lo hiciera, y lo hice, dijo Gandhi.
¿Quién eres tú? Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India. Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar? Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle, dijo Gandhi.
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas, dijo nuevamente el inglés, entonces ¿por qué me la subiste? Señor, expresó el futuro Mahatma, yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.
Sin comentarios.
De las relaciones apropiadas con otras personas no nos vamos a extender: Trata a los demás como tú quieres ser tratado,
¿Por qué relaciones apropiadas con la Naturaleza?: La Tierra es nuestra casa, la Tierra nos da la vida, todos los seres que la habitamos estamos unidos a ella y entre nosotros. Inspiramos aire y expiramos dióxido de carbono que necesitan los vegetales. Bebemos agua. Comemos plantas que han crecido en la tierra fértil, absorbiendo lluvia, luz y calor del Sol. Utilizamos los recursos naturales de la Tierra como fuentes de energía.
Sin embargo, nuestro planeta está enfermo. Está afectado por la contaminación, por los residuos, por la lluvia ácida....... En definitiva, por causas generadas por las acciones humanas. Así, la Tierra es un lugar especial, pero frágil, muy frágil. ¡Estamos destruyendo la Tierra!, ¡estamos destruyendo nuestra casa y nuestra despensa!, ¡estamos preparando para nuestros hijos y nietos parajes desérticos, sin agua, sin aire, sin sol! ¡Cuida la Tierra como tu casa, recicla, ahorra energía, cuida del agua, respeta los animales y las plantas! Respetar la Tierra es respetarte tú.
De la meditación, de la oración y del silencio, no es necesario decir nada.
Pasemos en silencio a nuestro espacio de meditación.