El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




lunes, 31 de octubre de 2016

..... y con el mazo dando.

Esta es una continuación de la entrada: A Dios rogando……

         Pobrecitos seres humanos. Que errados estamos en todo lo que se refiere a la vida y a la relación con Dios.

         En lo que se refiere a la vida, esta no es más que la representación del papel de un personaje elegido por nosotros y consensuado con Dios y con Sus ayudantes. Y todo lo que ocurre en esa representación, ya sea, según nuestro particular entender, bueno, malo, regular, bonito o feo, está total y absolutamente organizado y planificado. Todo, absolutamente todo lo que nos ocurre en la vida está organizado de manera magistral por el alma antes de colocarse el disfraz de humano y venir a la vida.  




         Y ¿Dónde queda podréis pensar el libre albedrío? El libre albedrío es la respuesta a todos los acontecimientos que ocurren en nuestra vida. Somos totalmente libres para reaccionar de una u otra manera. Es esta reacción la que nos ata a la insatisfacción, a la ansiedad, al dolor, al sufrimiento y a la infelicidad. Somos absolutamente libres para tomar uno u otro camino, y por lo tanto absolutamente responsables de aquello que nos encontramos en nuestra elección y con nuestra reacción. Pero sea cual sea la dirección elegida nos vamos a encontrar con otras situaciones que también están contempladas en nuestro Plan de Vida. Y nueva elección, y nueva situación, y así año tras año y vida tras vida.

         ¿Y si nuestro libre albedrío nos llevara a aceptar? Aceptar es la clave. Aceptar es la llave de la felicidad, de la satisfacción y de la paz interior. Aceptar no significa esperar la siguiente bofetada. Queda muy bonito eso de poner la otra mejilla. No. La aceptación sirve para mantener la estabilidad emocional, pero debe de ir seguida de la acción. Acción para cambiar aquello cuyo resultado no ha sido el esperado, pero también sin condicionar nuestro estado emocional a la consecución de ese nuevo resultado.

         Vivimos la vida atados a nuestro pensamiento de “yo creo que”, y no se trata de “creer”, se trata de “saber”. Saber que la vida es una continuidad de Dios.


         Venimos de Dios. Venimos a la vida por decisión propia a vivir una vida planificada por nosotros mismos, para aprender a amar y volver a Dios. Solo es eso. No es complicada la vida. Solo tenemos que dejar que la vida ocurra, aceptando aquello que no podemos cambiar y tratando de cambiar lo que sí está a nuestro alcance. Pero todo sin perder de vista el objetivo que es Dios, y sin dejar de lado la herramienta que es el amor.  



Yo Soy el alma



A Dios rogando......

       Es ante la adversidad cuando nos acordamos de Dios. Es entonces cuando recordamos que en su Magnificencia todo lo puede, y levantando los ojos al cielo le hacemos un resumen de nuestra temporal miseria, rogándole que solucione nuestros problemas, o si no tenemos suficiente confianza con Él, acudimos a algunos de los Maestros, Ángeles o Santos, según nuestra particular devoción, pidiendo que interceda por nosotros.

             Está bien. Es bueno que nos acordemos de Dios o de algunos de Sus ayudantes en algún momento, y es normal que eso sea en esos momentos de impotencia, de infortunio, de rabia o de incomprensión, en los que el sufrimiento y el dolor hacen mella en nuestros corazones.

         Pero también sería bueno recordar que no es necesario que le pongamos al día de nuestro dolor, porque Él está al corriente de ese dolor. Como tampoco es necesario que le pidamos aquello que creemos que va a solucionar nuestra desgracia, porque también es conocedor de ese punto.




         Dios sabe todo de todos en todo momento.

      Los seres humanos, sin embargo, no sabemos nada de Dios. En realidad no solo no sabemos nada de Dios, sino que tampoco sabemos nada de nosotros mismos, ni de lo que estamos haciendo en la vida, ni de lo que significan la vida y la muerte, no sabemos casi nada de nada. Lo cual es normal, de Dios solo nos han enseñado un cuento en el que destaca por encima de todo lo duro que puede ser con todos nosotros si no cumplimos los preceptos que nuestros enseñantes consideran prioritarios, abocándonos irremisiblemente a recibir los castigos más terroríficos en caso de cometer, lo que ellos consideran pecado, dependiendo de cuál sea su devota inclinación.

         Ante la presentación que nos hacen de Dios parece lógico y normal que tratemos de vivir a escondidas y a espaldas de Dios, así puede que no se entere de nuestras malas acciones y nos ahorremos algún castigo, ¡pobres infelices! Y también es lógico y normal que ante la impotencia de nuestras propias miserias tratemos de agarrarnos a un clavo ardiendo si fuera necesario, para solucionar lo que consideramos nuestros problemas. Y en este caso el clavo ardiendo puede ser Dios, porque aunque le tengamos olvidado y vivamos a espaldas Suyas casi siempre, a lo mejor, es su misericordia, alivia nuestras penas.

         Pero para desgracia nuestra parece que no escucha nuestras suplicas, ya que los problemas no se solucionan y, a veces, hasta parece que se agrandan. No somos conscientes de que Dios ya nos da, aunque desgraciadamente para nuestro pensar no lo que queremos, sino, afortunadamente para nuestra alma lo que necesitamos.

Continuará...............


miércoles, 19 de octubre de 2016

Toda una vida

PERLAS PARA EL ALMA



La inmensa mayoría de los seres humanos, una vez en la materia, creen que la vida es el espacio de tiempo comprendido entre el nacimiento y la muerte del cuerpo. Y no es así. Una vida es el espacio de tiempo y de “no tiempo” comprendido entre dos nacimientos, y en ese periodo se contabiliza un nacimiento a la vida física, una vida en la Tierra, la muerte del cuerpo, la estancia al otro lado de la vida y una nueva encarnación. Así se vive una experiencia completa, siendo el espacio más pequeño el comprendido por la vida física. Pues bien, es justamente ese espacio ínfimo de tiempo lo que los seres humanos consideran toda una vida. 


Y en ese ínfimo espacio de tiempo los seres humanos se ocupan en hacer justamente lo contrario de aquello que habían planificado al otro lado de la vida: Darle la espalda a Dios. Cuando, paradojas de la vida, la única razón para la vida es reconocer la propia divinidad y realizar la unión con Dios.

Dormir, soñar

PERLAS PARA EL ALMA



Cuando el ser humano descubre e integra en sí que es un alma, que es un ser divino, que es una parte de Dios, comienza a utilizar su corazón.

Mientras eso no ocurre sigue dormido soñando la ilusión de ser un cuerpo, soñando que es un ser independiente de los otros que conviven con él en su encarnación, soñando que vive separado de Dios. El ser dormido necesita vivir los sueños y estos solo se los puede proporcionar la mente, llenando al soñador de dolor, de preocupaciones, de sufrimientos.


Cuando el ser comienza a despertar no necesita sueños, deja de ser dominado por la mente y comienza su andadura desde el corazón. Deja de soñar, deja de pensar como un humano para pensar como Dios.

Libre albedrio

PERLAS PARA EL ALMA


El ser humano es responsable de todos y cada uno de sus pensamientos, de todas y cada una de sus palabras, de todos y cada uno de sus actos y de todas y cada una de sus omisiones, nada de esto está en el Plan de Vida. 

Dios, en su infinito Amor, ha dejado que el ser humano actúe según su conciencia, sin inmiscuirse para nada ni en las decisiones ni en las realizaciones de su vida. El único responsable de lo que pasa y de lo que no pasa es el ser humano.

El Plan de Vida es una guía de realización, con el único propósito de crecimiento de la persona. Seguirlo o no, es potestad de ella misma.


El valor de la vida




lunes, 17 de octubre de 2016

Amor humano, Amor Divino



El Amor de Dios es una energía, mientras que el amor de los hombres es un sentimiento, una emoción, un conglomerado de apego y deseo que mueve una energía que afecta al chakra solar y hace que parezca que hay maripositas aleteando en el estómago. Pero las maripositas más pronto que tarde dejan de aletear, la energía del deseo se va evaporando y solo queda el apego que nos hace creer que seguimos con las personas porque las queremos, aunque a veces decimos, sin ningún rubor, que se ha acabado el amor, pero queda el cariño. No, el Amor nunca se acaba, lo que pasa es que no ha existido nunca. Lo que queda es apego, algo que hay qué aprender a eliminar porque es la antítesis del amor. Donde hay apego no puede existir amor, porque el Amor es libertad, el Amor es confianza, el Amor es respeto, el Amor es tolerancia, el Amor es comprensión.


jueves, 6 de octubre de 2016

Todo es ilusión

PERLAS PARA EL ALMA



El dolor del ser humano, el miedo, la ansiedad o la angustia, solo son un producto de su mente, porque nada está ocurriendo, sólo es su apreciación. Cuando el ser humano consiga mantener su mente en silencio habrá alcanzado la dicha.