El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 21 de enero de 2016

La atención: La aventura de vivir (2)

¿Cómo trabajar la atención?

            Para evitar que deambulemos por la vida como una pluma movida por el viento, sufriendo en cada esquina, criticando en cuanto tenemos quien nos escuche, sintiéndonos mal cuando el centro de la crítica somos nosotros mismos, y sufriendo, odiando, temerosos o angustiados, hemos de prestar total atención a la vida, es decir, a nuestros pensamientos, a nuestras emociones, a nuestras palabras y a nuestras acciones y reacciones.

            Es muy posible que pienses que esto es imposible. No, no es imposible, pero al inicio del trabajo, para qué vamos a engañarnos, es muy difícil, y lo es mucho. Nunca nadie ha dicho que sea una tarea fácil, si lo fuera, no estaríamos deambulando por la materia cientos o miles de vidas sin encontrarnos con Dios. Sin embargo, miles de millones de seres lo han conseguido, y ninguno era superior a ti, a mi o a ninguno de los que nos acompañan en esta aventura, eran y son, exactamente iguales a nosotros, porque todos somos lo mismo.

            Pensamientos: Empecemos por el principio, empecemos con los pensamientos: ¿Alguna vez te has detenido a pensar quien piensa en ti? Si no lo has hecho, puedes intentarlo, y descubrirás que no eres tú realmente el que piensa. Tú solamente eres el observador de tus pensamientos.

            Los pensamientos llegan a ti sin que tú lo decidas, sin que intervengas, sin que los programes, en cualquier momento, ante cualquier situación. De esos pensamientos que llegan a ti, no eres responsable, o al menos no lo eres al cien por cien. Tu responsabilidad radica en que si eres tú quien atrae a tus pensamientos, pero tampoco los atraes de manera consciente, ya que son traídos por la energía que hay en ti. Recuerda: Energías iguales se atraen.

            Bueno, en realidad en el cuerpo mental coexisten prácticamente los mimos pensamientos en todas las personas, sin embargo, los que viajan desde el cuerpo mental hasta el cerebro para expresarse son esos pensamientos que habitualmente sueles tener.



            Toda tu vida se desarrolla en “piloto automático”. Sería bueno que en algún momento tomaras los mandos para pilotar tu vida. Ya que sino, te vas a enfadas sin saber muy bien por qué, vas a gritar sin saber muy bien por qué, vas a sufrir sin saber muy bien por qué, vas a enfermar sin saber muy bien por qué y vas a morir sin haber sido consciente de que has vivido.

            Y no es una exageración. Tu vida interior es un “tira y afloja” entre tus creencias y las creencias de los demás, entre lo que deseas conseguir y lo que consigues realmente, entre lo que esperas de los demás y lo que los demás te dan, entre lo que tú crees que debería ser y lo que realmente es.

            La primera parte de este “tira y afloja” son tus creencias, lo que deseas conseguir, lo que esperas de los demás, lo que tú crees que debería ser, y todo aquello que has aceptado. Ese conglomerado hace un todo inconsciente que genera una reacción también inconsciente en la segunda parte del “tira y afloja”, que son las creencias de los otros, lo que consigues en tu día a día, lo que los demás te dan, y lo que realmente es. Y en medio de todo: “el pensamiento” completamente incontrolable en tu vida, siempre “en automático”.

            A partir de aquí, aunque parezca una ironía, es la cruda realidad y dos personas pueden discutir hasta matarse por ser hinchas de equipos de fútbol distintos, por tener opciones políticas distintas o por tener religiones distintas, cuando ellos ni tan siquiera son los dueños de los clubes de fútbol, (que normalmente comen juntos en restaurantes de cinco tenedores), ni son ellos los políticos que se están lucrando a costa de los votos de los incautos que se pelean, ni son los dirigentes religiosos que viven en la opulencia acumulando limosnas.

            Los pensamientos que llegan sin control generan emociones descontroladas y nos hacen actuar de manera inconsciente, haciendo y diciendo cosas de las que posiblemente harán que nos sintamos mal, que nos sintamos culpables o abochornados, teniendo que pedir disculpas en algún momento.

            Y así pasa la vida de millones de personas, en “piloto automático” desde la cuna hasta la tumba. Sin avanzar ni un milímetro en su particular carrera hacia Dios.

            ¿Qué hacer?, es fácil de decir aunque difícil de realizar. Ya se sabe que es mucho más fácil predicar que dar trigo. “Hay que cambiar el piloto de automático a manual”.

Continuará........


No hay comentarios:

Publicar un comentario