Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
¡Qué fácil
es predicar!, ¡Qué fácil aconsejar! No cuesta nada decir: “Lo que has de hacer
es….”, “Ten fe”, “Vive desde el corazón”, “Detén tu pensamiento”, “No tengas miedo”,
“No estés triste”. ¡Qué fácil es!
Pero, ¿Cuántas
veces se coloca el predicador en los zapatos del que sufre, o del que está
triste, o asustado?, ¿Cuántas veces ha vivido el predicador una situación similar
para dar consejos?, y si la ha vivido, ¿Cómo ha salido de ella?
Cada circunstancia
que se presenta en la vida, ni es, ni ha sido, ni será nunca vivida de la misma
manera por diferentes personas. Cada persona vive su circunstancia de manera distinta,
porque cada persona se encuentra en una situación completamente diferente a las
que se pueden encontrar los otros siete mil millones de habitantes que habitan
el planeta. Y son esas situaciones en que se encuentra la persona las que van a
determinar que la persona viva su problemática de una u otra manera.
Porque no es
la circunstancia en sí, es el estado de la persona, el que determina como
sentirse ante las distintas situaciones que va presentando la vida, y es desde
ese estado, desde el que se van a afrontar las situaciones que se presenten. El
consejo general puede servir en algunos casos, muy escasos, pero cada persona
tiene su matiz distinto, para despertar a la situación y hacerse fuerte frente
a ella.
Algo que
desde el exterior puede parecer una tormenta en un vaso de agua, es una
verdadera tragedia para quien la vive, es una verdadera tempestad en mitad del océano,
y escuchar: “Tranquilo, no es nada, ya pasará”, en vez de ser un salvavidas es
una verdadera losa que le hunde más y más en su desdicha, ya que en vez de
tenderle una mano, puede sentir que la están restregando por el rostro que se está
ahogando en una gota de agua.
Quiero hacer
un llamado desde esta plataforma, (y yo también me apunto), a tantos y tantos predicadores,
unos aficionados y otros profesionales, para que se abstengan de dar consejos
si junto a estos no va indexada la técnica a utilizar para salir del bache en
que se encuentra el aconsejado.
Y si no se
tiene la fórmula para que la persona trabaje, mejor que dar consejos es
sencillamente acompañar. Es muy terapéutico, en los momentos más duros y
traumáticos, que alguien esté, sencillamente al lado del que sufre. Un abrazo y
una caricia hace muchísimo más que el comentario: “Tranquilo, no es nada, ya
pasará”.
“Nadie puede tener una opinión
buena de una persona
que tiene una opinión mala de sí
misma.”
Anthony Trollope
“De todas las trampas en la vida la falta de
autoestima es la peor y la más difícil de superar, debido a que está diseñada
por tus propias manos y se centra en la idea: No vale la pena, no lo puedo
hacer.”
Maxwell Maltz
“El respeto comienza con uno mismo.”
Nathaniel Branden
Hacia una buena autoestima
Promulgamos
el amor al prójimo a los cuatro vientos, repudiamos la agresión y el mal trato
a los otros, pero se nos permite, y hasta está bien visto, que regateemos,
economicemos y midamos las autoexpresiones de afecto. ¿Por qué debemos ser
miserables con nosotros mismos?, ¿Cuántas veces nos auto-elogiamos, nos damos
gustos y nos contemplamos? No suele haber tiempo para eso.
Debemos
disponer de tiempo para los hijos, la pareja, los padres, pero no se nos ocurre
utilizar algunas horas en beneficio propio. Pensamos que el tiempo mejor
aprovechado es el destinado a producir bienes materiales o dinero. No nos interesa la salud mental. Se
considera que pensar, soñar, fantasear, dormir, meditar o mirar, no es actuar.
Así, dedicarse a uno mismo es sinónimo de vagancia o “buena vida”. Si pensamos
de este modo, jamás disfrutaremos de amarnos, ya que siempre podríamos estar
haciendo algo más productivo. Es un acto
de irresponsabilidad no dedicar tiempo a ti mismo.
Acercarse a un estilo de vida hedonista:
Hedonismo
significa placer, satisfacción, regocijo, goce y bienestar. Una filosofía
hedonista significa un estilo de vida orientado a buscar el disfrute y a
“sacarle el provecho” a las cosas que nos rodean. La filosofía hedonista
encierra la aceptación implícita del derecho a disfrutar.
1.- Saca tiempo para el disfrute:
-La vida no se ha hecho sólo para trabajar. Se
trabaja para vivir, no lo contrario.
-Tu momento de descanso, de recreación y tus
vacaciones no son un “desperdicio de tiempo”, sino una inversión para tu salud
mental.
-No lo postergues todo, esperando el día idóneo.
-No hay un tiempo para el amor como no hay un tiempo
para quererte a ti mismo. Siempre es tiempo.
2.- Decide vivir disfrutando:
-Acepta que la búsqueda del placer es una condición
del ser humano. Forma parte de ti como algo natural.
-Vive intensamente y ejerce el derecho a sentirte
bien.
-¿Cuántos momentos de felicidad has perdido por
creer que no los merecías?
-Busca en tu interior y encontrarás un vacío: la
pasión.
-Tienes la obligación de generar alternativas de
vida para mantenerte feliz.
-Tienes un talento innato para vivir “bien”, no lo
desaproveches.
3.- Explora, busca, indaga:
-Una vez que decidas darle importancia al principio
del placer, debes comenzar a trabajar para sentirte bien.
-Tu principal arma es la exploración. No esperes a
estar “totalmente seguro” para ensayar cosas nuevas. ¡Arriésgate!
-No te resistas a probar lo nuevo.
-No tengas opiniones a priori cuando de conocer se
trata.
4.- No racionalices tanto las
emociones agradables:
-La idea no es negar la importancia del pensamiento.
El problema es que si intentas explicarte y comprender permanentemente los
sentimientos, los obstruyes irremediablemente.
Autoelogio
Permanentemente
estamos hablando en silencio con nosotros mismos y rumiando sobre esto o
aquello, a veces de manera automática, inconsciente, y otras de manera
controlada o consciente.
El
dialogo interno puede afectarte positiva o negativamente, de manera similar a
como las palabras de otros también pueden ejercer un determinado efecto sobre
tu estado de ánimo.
Cuando tengas tus diálogos internos, en lo
posible que sean positivos, pero con una dosis de realismo.
El
autoelogio es una manera de hablarte positivamente. Es una forma de reconocer
tus actuaciones adecuadas. No es necesario, ni hace falta que lo hagas en voz
alta y en público.
Las razones a las que
se apela para negar el auto elogio son varias:
-No soy merecedor o no fue gran cosa.
-Era mi deber o era mi obligación.
-Auto-elogiarse es de mal gusto.
Auto recompensa:
Es
otra manera de auto-expresarte el afecto. La auto-recompensa es el proceso por
el cual nos auto-administramos estímulos positivos.
Tú
necesitas la auto-recompensa, de la misma manera que necesitas el autoelogio.
Fortalece tu autoestima y no permite el autocastigo y la insatisfacción.
Hacia una buena autoeficacia:
1.- Elimina el “no soy capaz”
-Si te tratas mal y eres irrespetuoso contigo mismo,
tu dialogo obrará como un freno.
-Elimina de tu repertorio el “no soy capaz”. Cada
vez que te lo repites confirmas tu inseguridad.
-Esta calificación negativa, automáticamente, te inmovilizará.
2.- No seas pesimista:
-Las personas con baja autoestima anticipan el
futuro negativamente.
3.- No seas fatalista:
-Eres el arquitecto de tu futuro. Construyes tu
destino. Por lo tanto tienes el poder de modificar muchas cosas.
-El pasado no te condena.
-Tu presente es el pasado de mañana.
4.- Trata de ser realista:
-Acepta tus éxitos, sería injusto contigo desconocer
tus logros.
-Acepta tu cuota de responsabilidad en tus fracasos.
-Toma papel y lápiz, y escribe tu contribución real
a lo bueno y a lo malo.
5.- No recuerdes sólo lo malo:
-La visión negativa de uno mismo se alimenta
principalmente de los recuerdos.
-Durante algunos minutos al día intenta activar tu
memoria positiva.
6.- Revisa tus metas:
Hacerte
cargo de ti mismo es la mayor de las responsabilidades. Tomar conciencia de que
existes, eres importante y tienes el derecho a pensar en ti por sobre todas las
cosas, te coloca en un lugar de privilegio, pero al mismo tiempo te provoca
nuevas angustias. La lucidez tiene un precio: “Se lo que debo hacer, pero no
siempre sé cómo hacerlo”.
No
existe una solución, solo tendencias. Como un péndulo que nunca se detiene,
solo podemos apaciguar o acelerar su ritmo, pero jamás seremos capaces de que
se detenga en un punto exacto. Las orientaciones para quererte a ti mismo no siempre
son claras, definidas y fijas. Tienes que arriesgarte.
“Las
personas que piensan que no son capaces de hacer algo,
no lo harán
nunca, aunque tengan las aptitudes”
Indira Gandhi
“Amarse a sí mismo es reconocerse
y elogiarse verbalmente.
Es aprobar totalmente las propias
acciones.
Estar seguro de las propias
habilidades.
Amar el propio cuerpo y admirar la
propia belleza”
Sondra Ray
“La
religión de todas las personas debería ser la de creer en sí mismas”
Jiddu Krishnamurti
Hacia una buena auto-imagen:
En casi
todas las épocas y culturas, la “belleza” ha sido admirada como un don
especial. De manera similar, las sociedades se han caracterizado por sancionar
la “fealdad”. Las personas somos crueles con aquellas que no reúnen loscánones de belleza establecidos. Es común ver
como los niños se burlan de los
gordos, los bajitos, los altos, los narigones, los muy flacos, etc. Los humanos
no toleramos los extremos estadísticos.
El juicio
estético que la cultura da a la apariencia física, tiene enormes consecuencias
para nuestro futuro: Los juicios hacia las personas hermosas son más benignos,
somos muy crueles con las personas que no son tan hermosas.
No hay un
criterio universal de belleza. El patrón ideal de lo que es hermoso se aprende
a través de las experiencias personales y sociales del entorno inmediato. La
propia imagen corporal se forma por la influencia de dos fuentes de datos: El
ambiente social y los medios de comunicación.
Si la
autoafirmación personal gira en torno de la belleza física, esto no solo indica
una pobre vida interior, sino una muerte prematura. La necesidad imperiosa de
mantener la juventud y la belleza a toda costa, y no entender el encanto de las
distintas edades, lleva indefectiblemente a la depresión.
A pesar de
que se nos inculque lo que debe ser “hermoso” o “feo”, no significa que sea una
verdad absoluta, por lo que cada persona puede decidir su concepto de lo bello.
Me gusto porque me gusto, y punto. Lo
importante, no es ser hermoso, sino gustarse a sí mismo. Para lograrlo no es
conveniente utilizar criterios rígidos y estrictos.
Mejorando la auto imagen:
1.- Trata de definir tus propios
criterios de lo que es bello:
-No te dejes llevar de la mano por los conocedores.
En este tema, nadie sabe nada.
-No te dejes regañar por tus gustos.
-Trata de ser una persona espontanea y auténtica
cuando elijas.
-Lo atractivo para ti es una elección que sólo tú
puedes hacer.
-Arriésgate a ensayar e inventar sobre tu arreglo
personal.
-A la pregunta estúpida: ¿Se usa?, simplemente
contesta: “No tengo la menor idea”.
-Arréglate
para ti y no para otros.
2.- Descarta la perfección física
y los criterios estrictos:
-No hay un absoluto.
-Hay gorditos atractivos, delgados insípidos y
viceversa. Hay bajitas sensuales, espigadas insulsas y viceversa.
-No pierdas el tiempo pensando que te falta para ser
Afrodita o Apolo. Disfruta lo que tienes y no te exijas lo imposible.
-La idea de
la perfección sólo te llevará a focalizar la atención en tus defectos y a
olvidar tus encantos.
3.- Descubre y destaca las cosas
que te gustan de ti:
-Siéntete
orgulloso y feliz de tus atributos físicos. No importa si son muchos
o pocos, eres afortunado por lo que tienes.
-No escondas las cosas que te agradan de ti:
destácalas, muéstralas y disfrútalas.
-Nunca pienses que has agotado tus encantos.
-Explora y te sorprenderás de las cosas atractivas,
interesantes, seductoras y sensuales que puedes hallar en ti.
-Focaliza la atención en las cosas tuyas que te
resulten agradables.
4.- Tu auto imagen se transmite a
otros:
-Si te
sientes una persona poco interesante y atractiva, darás esa imagen a los demás.
-La gente
te tratará como inadecuada y te hundirás cada vez más en una auto imagen oscura
y triste.
-Rompe el círculo vicioso. En cierta manera, la
belleza es una actitud.
-Los famosos “feos” o “feas atractivas” son el
resultado de una actitud positiva hacia sí mismos.
-Si te auto
compadeces, te compadecerán. Si te sientes lástima, inspirarás pesar. Si te ves
a ti mismo como desagradable, te rechazarán.
-La mejor
manera de romper el círculo negativo es gustarte.
-Si te
sientes irresistible y atrayente, no cabe duda, serás una persona bella.
-Prueba a jugar el papel de alguien sin complejos, a
ver cómo te sientes.
-Como un ensayo de conducta, siéntete irresistible
con las demás personas e intenta comportarte en esa dirección. El círculo
comenzará a quebrantarse.
5.- El aspecto físico es sólo uno
de los componentes de tu auto imagen:
-Ser bien parecido es uno de los tantos requisitos
de la atractibilidad. No es el único. Ni siquiera el más importante.
-El aspecto
físico no garantiza todo.
-Las personas, además de lindas o feas, pueden ser
cálidas, amables, inteligentes, tiernas, seductoras, sensuales, interesantes,
educadas, alegres, afectuosas, graciosas, etc. Hay personas que poseen magia.
-Tienes muchas opciones para gustarte. Pregúntate
que más tienes fuera de huesos y piel.
6.- No importa que seas o como
seas. Si realmente te agradas y te gustas, siempre encontrarás alguien que
guste de ti:
-El auto desagrado inmoviliza.
-Las personas que no se gustan anticipan el rechazo
y evitan la gente.
oMuestran
miedo a la evaluación negativa y ansiedad social.
oViven con
un alto nivel de frustración por considerar casi imposible que alguien se
sienta atraído por ellas.
oNo
intentan la coquetería y la seducción porque se consideran ridículas en ese
plan.
oNunca dan
el primer paso, y si alguien se acerca lo ahuyentan con sus inseguridades y
prevenciones.
-Gustarse es abrir los horizontes afectivos y
aumentar las posibilidades de conocer gente.
Recuerda que tienes que vivir
contigo mismo por la eternidad.
Facundo Cabral.
Si te olvidas de ti, tarde o temprano, los demás,
siguiendo tu ejemplo,
también se olvidarán, y quizás deduzcan que no
existes.
Joege Bucay.
Más
de una vez habrás oído, porque te lo han dicho a ti o se lo decían a otros: “Lo
que tienes que hacer es amarte, valorarte y respetarte”.
Está
muy bien, ¡es tan fácil dar consejos!, pero ¿Cómo hacerlo?, ¿Cómo llegar
realmente a amarse a uno mismo?, ¿Cómo sabemos que es amor lo que podemos
sentir hacia nosotros mismos y no es una forma de egoísmo?
He
encontrado el libro de un psicólogo clínico, Walter Riso: “Aprendiendo a
quererse a sí mismo”, que lo explica de mejor manera de lo que yo podría
hacerlo. Por lo tanto, esta entrada y posiblemente las dos siguientes son un
extracto de dicho libro. Este libro lo podéis encontrar en Internet.
La
sociedad ha orientado el aprendizaje social a fortalecer el amor dirigido a los
demás y ha olvidado que el requisito esencial para dar es la auto-aceptación.
Es imposible entregar amor si no te quieres a ti mismo.
Nuestra
civilización intenta inculcar principios como el respeto al ser humano, el
sacrificio, el altruismo, la expresión del amor, el buen trato, la
comunicación, etc., pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros
humanos. El auto-respeto, el auto-amor, la auto-confianza y la auto-comunicación,
no suelen tenerse en cuenta. Más aun, se considera de mal gusto el quererse
demasiado. Si una persona es amigable, expresiva, cariñosa y piensa más en los
otros que en ella misma, es evaluada excelentemente. Si alguien disimula sus
virtudes, niega o le resta importancia a sus logros, es decir, miente o se
auto-castiga, ¡es halagado y aceptado!
No
sólo rechazamos la auto-aceptación honesta y franca, no nos importa que sea
cierta o no, sino que promulgamos y reforzamos la negación de nuestras
virtudes. Absurdamente, las virtudes pueden mostrarse, pero no verbalizarse.
Para
evitar caer en la pedantería insufrible del sabelotodo, hemos caído en la
modestia auto-destructiva de la negación de nuestras virtudes. Por no ser
derrochadores, somos mezquinos. Los psicólogos clínicos saben que ese estilo de
excesiva moderación hacia uno mismo es el caldo de cultivo de la tan conocida y
temida depresión. Tienes el derecho a
quererte y a no sentirte culpable por ello, a disponer de tu tiempo,a descubrir tus gustos, a mimarte, a cuidarte
y a elegir.
Desde
pequeños nos enseñan conductas de auto-cuidado personal: lavarnos los dientes,
bañarnos, cortarnos las uñas, controlar los esfínteres y vestirnos. ¿Pero qué
hay del auto-cuidado y de la higiene mental? No se nos enseña a querernos, a
gustarnos, a contemplarnos y a confiar en nosotros mismos.
Hacia un buen concepto de ti
mismo.
La cultura nos ha enseñado a
llevar un garrote invisible, pero doloroso, con el que nos golpeamos cada vez
que equivocamos el rumbo o no alcanzamos las metas personales. Hemos aprendido
a culparnos por casi todo lo que hacemos mal y a dudar de nuestra
responsabilidad cuando lo hacemos bien.
Si fracasamos, decimos: “Dependió de mí”,
si logramos el éxito: “Fue pura suerte”.
Algunas personas, por tener un
sistema de auto-evaluación inadecuado, adquieren el vicio de auto-rotularse
negativamente por todo. Se cuelgan carteles con categorías generales. En vez de
decir: “Me comporté torpemente”, dicen: “Soy torpe”. Utilizan el “soy un inútil”
en vez de “me equivoqué en tal o cual cosa”.
Palabras
que deberían suspenderse de nuestra lengua y ser consideradas “malas palabras”:
NUNCA, SIEMPRE, TODO y NADA. Lo único que generan son confusión y malos
entendidos.
Como
es de esperar, si deseas fervientemente el éxito, el poder y el prestigio, temerás
al fracaso. Este miedo te hará dirigir la atención más hacia las cosas malas
que hacia las buenas, con el fin de “prevenir” los errores que tanto temes.
Esto lleva a desconocer las aproximaciones a la meta, así como los esfuerzos y
pequeños ascensos que realices en la escalinata hacia tus logros personales.
Por querer ver el árbol, no verás el bosque.
1.- Trata de ser más flexible, tanto con otros como
contigo:
-
No pienses en términos absolutistas: No hay nada totalmente bueno ni malo.
-
Debes tener tolerancia a que las cosas se salgan a veces del carril.
-
Aprende a soportar, a perdonar y a entender tu rigidez como un defecto, no como
una virtud.
-
Las cosas rígidas son menos maleables, no soportan demasiado y se quiebran.
-
Si eres normativo, perfeccionista, intolerante y demasiado conservador, no
sabrás que hacer con la vida. Ella no es así.
-
La gran mayoría de los eventos cotidianos te producirán estrés, porque no son
como a ti te gustaría que fueran.
- Concéntrate durante una semana o dos, en
los matices:
·No te apresures a categorizar de
manera terminante.
·Detente y piensa si realmente lo
que dices es cierto.
·Revisa tu manera de señalar y
señalarte. No seas drástico.
·Evita utilizar palabras como
siempre, nunca, todo o nada.
-No es lo mismo decir: “Robó una vez”, que “ser un
ladrón”.
-Las personas no son, simplemente se comportan.
§Permítete no ser tan normativo.
·Sé más informal un día, a ver qué ocurre.
§Trata de no ser perfeccionista.
§Convive con el desorden una
semana. Piérdele el miedo.
§No rotules ni te auto-rotules.
§Intenta ser benigno.
§Habla solo en términos de
conductas.
§Concéntrate en los matices.
§La vida está compuesta de
tonalidades, más que de blancos y negros.
§Escucha a las personas que piensan
distinto de ti.
2.- Revisa tus metas y las posibilidades reales
para alcanzarlas.
-No te coloque metas inalcanzables.
-Exígete de acuerdo con tus posibilidades y
habilidades.
-Cuando definas alguna meta, define también las sub-metas
o los escalones.
-Intenta disfrutar de cada peldaño como si se
tratara de una meta en sí misma.
-No esperes llegar al final para descansar y
disfrutar. Busca estaciones intermedias.
-Escribe tus metas, revísalas, cuestiónalas y
descarta aquellas que no sean viables.
-La vida es muy corta para desperdiciarla.
-Si tus metas son inalcanzables, vivirás frustrado y
amargado.
3.- No auto-observes sólo lo malo.
-Si sólo te concentras en tus errores, no verás tus
logros.
-Si sólo ves lo que te falta, no disfrutarás del
momento, del aquí y el ahora.
-No estés pendiente de tus fallos como un radar.
-Cuando te encuentres focalizando negativamente de
manera obsesiva, para.
4.- No pienses mal de ti.
-Sé más benigno con tus acciones.
-Afortunadamente no eres perfecto.
-No te insultes ni te faltes al respeto.
-Lleva un registro sobre tus auto-evaluaciones
negativas.
-Si detectas que el léxico hacia ti mismo es
ofensivo, cámbialo. Busca calificativos constructivos.
-Ejerce el derecho a equivocarte.
-Los seres humanos, al igual que los animales,
aprendemos por ensayo y error, no por ensayo y éxito.